Misterios del más allá, que allí quedaron.
Como ya algunos saben, no suelo tener miedo, pero hace poco estuve en el momento en que las cosas pasaban en ese instante. Y senti...frio, falta de aire, taquicardia. Creo que eso es lo más cercano al miedo que estuve.
Estaba en una casa prestada, en el campo. Una casa con dos pisos y desde abajo se escuchaban ruidos que atribuiamos a algun ser vivo...los muertos no suelen hacer ruido. Al menos, eso creia.
Siempre fui un poco lanzada y cuando algo me asusta suelo hacerle frente. Esta vez, no había a qué. A cada ruido, subia como una loca...cuando llegaba, nada.
Una tarde, de mucho calor, tuve que subir. Hasta ese momento no había habido ruidos durante el día. Cuando llegue a la habitación principal, las mesitas de luz estaban sobre la cama, todas revueltas. Empecé a abrir puertas, a hablar fuerte queriendo saber si alguien de abajo habia estado allí, o si alguien estaba arriba y no debía estar, pero nadie sabia nada y nadie contestó arriba. Miré debajo de la cama. Nada. Entré al vestidor. Nada. Entré al baño. Nadie. Nada. Mientras estaba en el baño y yo de espaldas, las mesitas de luz se cayeron solas desde la cama!...Me di vuelta y no podia creerlo, pegué un grito y todos subieron...Yo sentí. Solo eso. Sentí miedo...e inconclusiones...Y aunque fue el hit del día, me fui a la pileta y el miedo quedó en la planta alta.
En una habitación más pequeña en la planta alta, había una muñeca sentada bajo una ventana, a nadie le gustaba. Pero ahi estaba toda despeinada y vieja. Yo el primer dia la cambie de lugar porque me parecia tenebrosa ahi. Pero, alguien la volvió a poner debajo de la ventana. Creí que había sido algunos de los vivos que estaban conmigo, pero no. Nadie la queria tocar a la pobre así que, ahi quedo, donde quería estar.
A la noche siguiente, luego de encerrar a mi gato en el cuarto de servicio bajo llave comenzó una tormenta de viento y granizo. Nos quedamos sin luz. Detrás de las ventanas volaba de todo, ramas, hojas, baldes, las reposeras se caian. Cuando todo se calmo, entré al cuarto y mi gato no estaba. Nunca lo encontre. Busque por todos lados. No pude dormir pensando en el gatito. Solo sé que a la mañana siguiente aparecio en mi cama. Nunca supe como salió...porque juro que no se escurrio por mis piernas cuando abrí la puerta...
Y así siguio todo con cosas que se caían en la planta alta mientras no había nadie, cosas que se volaban sin que hubieran ventanas abiertas...
Y así me la pasé...levantando lo que se caía, ordenando el desorden, arreglando lo que se rompía. Pero más allá de todo, y más allá de allá, me relajé y convivi con todos en armonía, con todos, los de acá y los de allá.
Y tuve una historia para contar.